lunes, 14 de julio de 2008

Los demás siempre están mal

Yo como el arroz con cuchara de sopa. Eso, a mi entender, no tiene nada de extraño. Sin embargo, recuerdo haber sido sorprendido por el gesto de sorpresa de una amiga que, hace más de un año, se vino a quedar a casa y almorzó conmigo. Su sorpresa no tenía como fuerza motora el desparramo de arroz y de arbejas que hice en la mesa, al intentar servirme un poco en mi plato, lo cual seguramente no le sorprendía en absoluto, dado su profundo conocimiento de mis incapacidades motrices; sino que la impulsaba el solo hecho de que yo comiera con cuchara una comida que, según me dijo, “se come con tenedor”. Yo como el arroz con cuchara de sopa. Me parece lo más lógico, lo más eficaz, y eso lo defiendo a capa y cuchara. El tenedor no sirve para comer arroz, pues los granos suelen escabullirse entre los metálicos dientecitos del implemento en cuestión. Es un asunto de practicidad, mas no de excentricidad. Eso de la excentricidad puede que sea una consecuencia de la torpeza estratégica de los demás. Porque como me demuestran con sus actos las personas de mi entorno, día tras día, la culpa es SIEMPRE de los demás. Son LOS DEMÁS los que se equivocan. Yo no me equivoco, porque soy YO. En todo caso tomo “decisiones alternativas”.

4 comentarios:

  1. ¡Eh! ¡Que yo también soy tu amiga!
    Pero claro, como no soy oriental nunca me invitó el nenito a verle comer arroz con cuchara de sopa en su casa.
    ¡Xenófogo!

    ¡Vascófogo!

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  2. El grado de consumo de estupefacientes de la amiga Mirena es algo irrefutable. Me da mucha pena que alguien con quien supe tratar, y compartir cerveza (cosa muy relevante en mi vida)sea capaz de calumniar de ese modo al dueño de este blog, con calificativos descalificadores, como ser por ejemplo "xenófogo" o "vascófogo". ¡no señor! El joven bloggista será lo que quieras, pedófilo, traficante de órganos, zoofílico, pero de ningún modo "xenófogo".De ninguna manera.

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  3. gracias por defenderme. No hacía falta.

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  4. Mirá quien habla. El que se sorprendió porque un día fue a casa y a la noche pedimos pizza y yo la comí con cuchillo y tenedor. Estamos a mano. Ahora, yo abogo por el respeto a la diversidad, y sobre todo para aquellos que tenemos capacidades diferentes para la alimentación. ¡Qué vivan los que comen el arroz con cuchara sopera! ¡Arriba los que comen la pizza con cuchillo y tenedor! Anormales del mundo, uníos... y heredaréis la Tierra...

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