lunes, 13 de octubre de 2008

Conversaciones con el cura de la parroquia de acá a la vuelta

Hace unos días me fumé un porro con el cura de la parroquia de acá a la vuelta. Entre pitada y pitada, mientras comentábamos lo loco que está el mundo, y nos reíamos, no me acuerdo ahora bien de qué, el tipo me empezó a contar una historia increíble. Era algo más o menos así. Parece que como procesaron, o están por procesar, a 1700 curas en Brasil por abuso de menores, los sacerdotes del vaticano están planeando una especie de controles semanales, y eso genera cierta “inquietud”, según me dijo. Me acuerdo que dijo “inquietud”, y que puso una cara especial, porque en ese momento le había quedado un poco de dulce de leche en la comisura de los labios; a esa altura ya estábamos dale que te dale al dulce, cada uno con una cuchara de sopa. El dulce estaba en el cáliz con el que daba la misa.
A medida que pasaba el tiempo, nos reíamos como idiotas. El cura, entre carcajada y tos, me contó que lo de los curas brasileros estaba bastante organizado, que hasta había una especie de manual de abusos. Yo me horroricé. Después me reí. Con horror, pero me reí. Le pregunté si había leído el libro. Me dijo que no. Y agregó “porque no entiendo el portugués”. Yo lo miré fijo, como reprimiendo su comportamiento. El me miró, tal vez creyendo que mi mirada reprimía no su comportamiento sino su ignorancia, y me dijo “no entiendo el portugués, pero los dibujitos me quedaron claros”. Ahí no me reí.
Después sí me reí. Pero con culpa. Es que no lo podía evitar. Y después de dar unos cucharazos más al dulce de leche el cura se soltó, y ahondó en detalles acerca de los dibujitos. Eran bastante claros sí. Cualquiera los entendería; era una mezcla del Kamasutra con el album de figuritas de patito feo.
El cura se había acalorado en las descripciones, al punto que pasaba de lo meramente verbal, a la mímica.
“Y entonces le hacés así” estaba diciendo el cura, cuando el monaguillo regresó del kiosco de la estación donde compró la nueva Maxim con una trolota argentina en la tapa para masturbarse a escondidas en sus aposentos. El cura detuvo sus explicaciones corporales porque consideraba incorrecto que el pequeño monaguillo estuviese al tanto de “determinados menesteres para los que todavía no está preparado.”
La explicación siguió por un buen rato más, hasta que empezamos a charlar de nuevo acerca de la parte escrita del libro. Me contó, con la misma cara de asco que pondríamos al bajarnos un vaso de vinagre creyendo que se trata de jugo de manzana, que había un capítulo dedicado a los psicólogos. O a los “sirvientes de Satanás”, como los llamaba el clérigo. En el manual de abusos, según me dijo, había un capítulo específico dedicado a ellos. Me contó además que el resto de los capítulos estaban dedicados a consejos prácticos que acompañaban las ilustraciones. Por ejemplo, me comentó que según el manual, era preferible abusar de niños huérfanos, porque tal parece que a los padres no les gusta que se abuse sexualmente de sus hijos y pueden llegar a ser un problema. De cualquier modo me dijo que el principal problema eran los terapeutas de Belcebú o psicólogos, los cuales, a su criterio “fomentan los abusos, investigando tanto”. “Si un niño cambia de conducta- me decía el cura- ya hay un psicólogo investigando algo, o haciendo diagnósticos. No te dejan vivir. A veces vos no abusás, es un simple roce, o un pequeño correctivo en las nalgas; pero con esos no hay transa, te etiquetan por cualquier bobada” Yo lo miré. El me miró. “¿Quién alguna vez no se ha querido pasar a un niño, no?”, me dijo, guiñando un ojo. “Yo”, le respondí, honestamente. Y esa honestidad debió calar hondo, porque de pronto el servidor de dios me miró, y entre lágrimas me dijo:
-Tengo un problema
Yo había escuchado unos cuantos problemas en lo que iba de la charla, pero éste parecía afligirlo especialmente.
-¿Sabés qué pasa? – Me dijo, tapándose la cara con ambas manos, llorando a cántaros – Me van a excomulgar. Me pasé a un botija…y…usé condón.

4 comentarios:

  1. Volvió mi Darío!!!!!!!

    Se escuchan las carcajadas rabiosas de los bisabuelos republicanos!!!!!!

    Aunque no te creas que no me di cuenta en qué estado calamitoso estabas, escritor irresponsable, cuando escribiste eso.

    Hereje

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  2. Hey, ¿volvió La Karpa y no me enteré?

    Bueno, que me reí mucho con el texto, pero...el pequeño darío/hitler con la camisa parda y i´m gay estampado en el pecho me ha hecho reir como pocas veces. El resto de los dibujitos tambien, pero ese es muy eficaz.
    Esa es la palabra del día. Eficaz.

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  3. Brishhante...
    Me gustaría conseguir un poco de eso que estas fumando...se ve que es de buena calidad.

    P.D: lloré de risa con el Darío sadomaso cachondo con Horacio Rubino!!!

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  4. naaaaaaaaa un cura fumando faso? muy bizarro !!1 jajaja!!! Yo si me voy a fumar uno ahora !!!saludos!!!

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