domingo, 19 de abril de 2009

Fenómenos educativos a los que aun no se le ha encontrado solución. Parte dos.

La primavera y las profesoras practicantes que se parten*

Este es un tema que se ha intentado solucionar, pero es a las claras imposible. Yo fui alumno de profesoras practicantes divinas, y concurrí/o al IPA, lugar desde donde, por generación espontánea aparentemente, ellas nacen.
En nuestro sistema educativo hay profesoras practicantes divinas, que físicamente rozan la perfección; y por otro lado, estudiantes con hormonas hiperactivas que les interesa mucho más rozar físicamente a las profesoras practicantes divinas, que aprender. El resultado de esta situación es catastrófico, y si bien se da a lo largo del año lectivo, tiene su cenit en primavera.
Yo por ejemplo no supe hasta llegar a sexto año qué mierda era una sinécdoque, y cómo era que se expresaba la parte por el todo, simplemente porque me dedicaba tres horas a la semana a mirarle la cola a la profesora practicante (de cierta forma yo utilizaba la metonimia, y refería al todo por la parte, pero eso no lo entendí hasta llegar a sexto). Ella no tenía la culpa, y yo tampoco. Valía la pena, y aprendí mucho. No de literatura.

Por un lado la futura profesora se esfuerza en no ir tan despampanante, conciente del efecto negativo de exponer su belleza, y muchas veces se viste (siguiendo consejos de profesores de didáctica en algunos casos) de modos que disimulen sus atributos. Pero todos sabemos que la belleza no puede ocultarse. Se podrá reducir el efecto, pero no se oculta. Y menos a un adolescente. Y mucho menos en primavera. Uno ve, en curvaturas disimuladas, curvaturas aun más pronunciadas; creo que estamos en presencia del único caso en que la imaginación perjudica el aprendizaje.
Acepto que hay casos en los que el alumnado colabora. Yo era uno de esos taraditos. Muchas veces prefería intentar no mirarla, y mirar el pizarrón. Era difícil. Y mucho peor era cuando el Lindor de futura docente se sentaba a un costado, y la que daba la clase era la señora esférica de las seis décadas, y uno podía constatar fácilmente las diferencias.
Las hormonas no son bobas. Serán inquietas, pero no son bobas.

¡Y la tensión en el día de la visita! Me cago en dios, ¡aparte de linda la mina tiene miedo! ¡Está insegura! Y las hormonas fluyen, flotan, y revoloteando alrededor susurran: -Mujer divina necesita hombre protector- -Mujer divina necesita hombre protector- y ahí aparece lo que faltaba, la parte primitiva, protección paternal, enternecimiento creciente,…el Edipo debe asomar la cabeza por las ventanas rotas del liceo también, y el clima se vuelve insoportable. La verdad, no sé como hacen las minas lindas que quieren dar clase en secundaria. Y a los tipos les pasará algo por el estilo.

¿Cómo se soluciona el asunto?
¿Es realmente necesario solucionarlo?
¿Es posible?


*Había pensado en titular esto “Los docentes practicantes y el alce adolescente”, pero me pareció un título demasiado zoofílico.

6 comentarios:

  1. Yo no lo veo como un mal taaaan grande como lo planteas.
    Todo adolescente necesita una motivación mínima para mantenerse en clase sin huir, y que la misma sea el culo de la profe no está taaaan mal.
    El problema es si aprenden o no, eso es otra cosa muy distinta...
    Pero pensá que a veces no aprenden un corno meramente por estar en la edad de la chotez, y listo.
    Es más, la profe divina puede ser incluso un disparador para que algún jopende bonachon estudie mas de lo normal para impresionar a la muchacha.

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  2. Uh....para mí era un fenómeno que me perjudicaba, me distraía, me desconcentraba, y como suelo hacer, hablo de lo que conozco.Es altamente probable que a algunos alumnos y a algunas alumnas les pasase desapercibido, es decir, que no les afectara como a mí. Pero segun recuerdo, tanto yo como mis compañeros más cercanos nos veíamos perjudicados.
    Y también recuerdo que aquellos intentos por llamar la atención de la futura docente/actual divina estaban REALMENTE lejos de esforzarse en estudiar más para su materia....no no, en todo caso sería algo así como llamarle la atención con alguna gracia o alguna charla estúpida, pero de estudiar más, lejos. Lejos.

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  3. Faaaaaaaa!!!!!!!!!! qué tema.....yo un poco de acuerdo estoy con la señorita Samsa, creo que en algun caso puede colaborar para que el que la está vichando a la practicante se esfuerce más al estudiar para impresionarla; pero creo que eso puede suceder, si solo si, el alumno en cuestión no se parece a mí. O a vos; en mi caso por baboso repugnante y en el tuyo por sufrir de esa enamoraditis aguda..jaja..(¿a qué no sabés quién me dictó eso de "enamoraditis"?)
    Ta, no sé. Esta raro el clima acá........se vienen los calores.

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  4. captain: seguro que fue Verónica.....¡y no soy enamoradizo!! ya está vo....

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  5. Fue Verónica sí. Y tiene toda la razón..:p

    Y la verdad que de esto que dices tú de las practicantes no conozco mucho. Debí preguntar a mi prima qué era una practicante (yo había aprendido que le llamabais practicantes a los medicos que te ponian inyecciones) pero siempre se aprende algo nuevo.
    De cualquier modo, no te imagino como te describes, asi, tan embobecido....sospecho que vas a menos como casi siempre....

    Agur
    Miren

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  6. Basta.

    Y en algo tenés razón, tal vez yo exageré un poco y había compañeros mucho más embobecidos con los encantos de la practicante; pero en verdad eso no me llena de orgullo; todo lo contrario.

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