lunes, 21 de febrero de 2011

Papergirl

Era temprano a la mañana. Estaba un poco frío, pero el sol templaba el día y la niña no estaba dispuesta a permitir que una brisita fresca y un pronóstico del tiempo desfavorable a sus intereses la viniese a privar de arrancar el día con una sonrisa. Se puso una camperita, agarró la bici -cuya bocinita probó antes de montarse; el "clin clin" que produjo la dejó satisfecha-, se colgó la mochila con sus implementos de trabajo al hombro, y se largó a pedalear.
Iba con el torso erguido, recto, agarrada del manillar con las manos bien estiradas; tenía su ceja derecha arqueada, el mentón apenas levantado y sus ojos alternaban miradas hacia la izquierda y la derecha, con el orgullo del primer día de trabajo. Los temores arcaicos de perros agresivos ensañados con los bicirepartidores como ella no afectaban su orgullo ni su lenguaje corporal. El primer mundo y la posmodernidad, ya no tan arcaicos, sino más bien actuales, afectaban un poco el acto mismo de lanzar el periódico; ella imaginaba que sacar los periódicos de la mochila y lanzarlos sería tan divertido como el trabajo que de hecho tenía que hacer. Ya nadie lee en papel; sacar pequeñas notebooks de la mochila para tirarlas al buzondenotebooksparaleerdiarios de cada hogar no es lo mismo que enrollar un diario con olor a tinta y tirarlo con toda la fuerza, sin dejar de pedalear. Pero es el primer mundo, y todo es digital, todo es nuevo, todo cambia.
-Hay que adaptarse- pensaba ella, mientras sacaba otra notebook y la tiraba a una casa sin buzondenotebooksparaleerdiarios- ; al menos es divertido ver como estos aparatitos negros se abollan al caer.

3 comentarios:

  1. Bicirepartidores!!! no se por que me hizo acordar a los velocirraptors

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  2. Jajaja No entiendo por qué, pero me voy a poner a elaborar teorías al respecto.

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