sábado, 30 de abril de 2011

Apariciones

Anoche te me apareciste; es decir, soñé contigo. Había pasado bastante tiempo desde la última vez, pero estabas igualita: tan vos, tan real, tan fresca, tan linda, tan vos. Una lástima que el sueño terminó. Esta vez tampoco me dio el tiempo para matarte.

jueves, 28 de abril de 2011

Las verdaderas aventuras de Darío 1

Hoy, conversando con dos alumnos, tuvimos la siguiente idea, que en Castellano sería algo así:


Tres personas ingresan a un restaurante –según lo que planificamos éramos JI, Lloviznita y yo-; Lloviznita llevaría con ella una cartera, dentro de la cual habría un ratón muerto, probablemente blanco; una vez servidos nuestros platos (tallarines era una de las opciones) JI sacaría el ratoncito muerto del bolso de Lloviznita y lo colocaría disimuladamente dentro de mi plato de tallarines; yo, simplemente sería el encargado de llamar al mozo y decirle la gloriosa frase:

-Mozo, hay un…un ratón muerto en mi plato.

Mi cara debía ser, naturalmente, de asco y de indignación; pero una indignación elegante, es decir, una indignación de esas que te hacen parecer un inglés. Mientras yo debía estar enterándome de qué manera nos resarciría el restaurante conversando con el mozo, Lloviznita y JI harían caras de desaprobación y menoscabo en relación a la atención al público del establecimiento, principalmente negando con la cabeza y mordiéndose el labio inferior, mirando a los clientes de las mesas más cercanas.

¿Por qué? ¿Para qué? No está del todo claro. Creo que hay algo de Macedonio Fernández ahí; algo de reírse con el proyecto aunque nunca se vaya a concretar.

O speakings que se tornan surrealistas porque los libros de inglés contienen temas de discusión para nada interesantes.

martes, 26 de abril de 2011

“De todo en el mundo, lo verdaderamente trágico es el Olvido, y de éste, lo más desesperante es que no se lo advierte: el gradual insidioso advenimiento de la conformidad."

Macedonio Fernández.

jueves, 21 de abril de 2011

Aljibe


Ni eco había.

No había luz, no había sonidos,

no había paredes en las que apoyarse,

no había techo a la vista.

No había vista.

El suelo casi no se sentía,

pero había sensación de encierro.

Ni movimiento había.

Había frío. Eso sí: había frío.

Era Domingo de tarde.

sábado, 16 de abril de 2011

El grupo

Hubo una vez un grupo de personas que se reunía a recordar a sus muertos. Se citaban en determinado lugar y formando una ronda contaban los detalles más tiernos, más curiosos y más peculiares de sus abuelos muertos, de sus padres, de algún tío o de algún desafortunado amigo.

El tiempo pasó, y decidieron propagar la idea; cada uno de los miembros del grupo invitó a un conocido suyo, que a su vez invitaba a un conocido que invitaría también a un conocido. De este modo y en poco tiempo, el grupo de personas que se reunían a recordar a sus muertos estaba compuesto por muchas personas que no se conocían entre sí, lo que hizo las reuniones aun más interesantes por la ausencia de conocimiento previo del difunto a recordar.

Se reunían ya de a pares, de modo rotativo, y se contaban las historias mutuamente; por otra parte nuevos miembros conocidos de conocidos de miembros seguían llegando y la práctica se volvió interesante y dinámica. Siempre había alguien nuevo de quien escuchar una historia o alguien nuevo a quien referirle una.

Con el paso del tiempo, los miembros del grupo fueron formando sus familias –algunos de ellos tuvieron muchos hijos- y la reunión para recordar a sus muertos se hizo tradición que se extendió a sus hijos, que también participaban de las reuniones.

Poco a poco, los miembros iniciales se hicieron abuelos, y los hijos padres; después -ordenadamente, como para no dificultar la tarea de los que referirían sus historias- se fueron muriendo. Hubo un grupo de gente entonces que se reunía a charlar sobre aquel grupo de gente que se había decidido a recordar a sus muertos en reuniones como las que ellos mismos tenían.

Un muchacho que consideraba la muerte materia de chistes por la ilusión de inmortalidad que la juventud brinda, comentó con cierta gracia: lo bueno de este grupo es que nunca va a faltar tema del que hablar.

martes, 12 de abril de 2011

La morfina lo desbalancearía todo

Que el cafecito a la mañana

para despertarse antes de ir a trabajar;

que el cafecito después del almuerzo,

para volver al trabajo más o menos despierto;

que el cafecito en el trabajo,

para no andar con sueño;

que el cafecito de vuelta a casa,

para acompañar la merienda;

que las pastillas para dormir,

y las de no imaginar gente;

que el vino a vomitar

en la noche del sábado.


balance perfecto de sustancias.

jueves, 7 de abril de 2011

L8

Revisando en un cuaderno viejo, encontré esto. Pre Ábacos. Totalmente Pre Ábacos:

Gárgolas y duendes me aspiran el cuarto con una aspiradora blanca como la nieve. Como la nieve con desesperación mientras miro el espectáculo con atención. Kon Aten Zion dice llamarse la joven de Timor Oriental que practica poses de Ninja con un tubo de luz. Tuvo de luz y tuvo de noche todo lo necesario; este fue un día especial. Hundía “Especial”, también “Regata” y a qué mentir, también “Santa María”( las tres naves más importantes de la naval boliviana) ante la mirada atenta de mi rival en la Batalla Naval que se venía desarrollando en el papelito. Le dije “L8”.

miércoles, 6 de abril de 2011

Ta; ya entendí.

Porque mi novio es muy
Porque mi novio me dijo que
Porque mi novio va a
Porque mi novio piensa que

Ta; ya entendí.
Ni siquiera lo intento.

lunes, 4 de abril de 2011

Interpretaciones

Lo interpretaste mal al Che, flaco: cuando dice "hay que endurecerse sin perder la ternura jamás", no se está refiriendo a meterse merca y andar abrazado a un osito de peluche. En serio te digo.