jueves, 28 de abril de 2011

Las verdaderas aventuras de Darío 1

Hoy, conversando con dos alumnos, tuvimos la siguiente idea, que en Castellano sería algo así:


Tres personas ingresan a un restaurante –según lo que planificamos éramos JI, Lloviznita y yo-; Lloviznita llevaría con ella una cartera, dentro de la cual habría un ratón muerto, probablemente blanco; una vez servidos nuestros platos (tallarines era una de las opciones) JI sacaría el ratoncito muerto del bolso de Lloviznita y lo colocaría disimuladamente dentro de mi plato de tallarines; yo, simplemente sería el encargado de llamar al mozo y decirle la gloriosa frase:

-Mozo, hay un…un ratón muerto en mi plato.

Mi cara debía ser, naturalmente, de asco y de indignación; pero una indignación elegante, es decir, una indignación de esas que te hacen parecer un inglés. Mientras yo debía estar enterándome de qué manera nos resarciría el restaurante conversando con el mozo, Lloviznita y JI harían caras de desaprobación y menoscabo en relación a la atención al público del establecimiento, principalmente negando con la cabeza y mordiéndose el labio inferior, mirando a los clientes de las mesas más cercanas.

¿Por qué? ¿Para qué? No está del todo claro. Creo que hay algo de Macedonio Fernández ahí; algo de reírse con el proyecto aunque nunca se vaya a concretar.

O speakings que se tornan surrealistas porque los libros de inglés contienen temas de discusión para nada interesantes.

4 comentarios:

  1. Yo quisiera tener una editorial e insertar páginas en blanco al azar en los libros... ah, no, eso ya lo hace Arca.

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  3. ¿"Las verdaderas aventuras de" Darío?

    Cosas que te pasan si estás vivo :)

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  4. Homenaje a Liniers si querés. Pero es en lo primero que pensé cuando escribí estas cosas (plural, porque hay más).

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