lunes, 2 de mayo de 2011

La estación del ferrocarril

El ruidito de mis championes arrastrando pedregullo

es tan tentador,

que al pasar por la estación

no puedo caminar por el caminito asfaltado;

además, el pedregullo está junto a la vía,

y a mí me gusta la vía,

nostálgica,

rodeada de plantitas,

de pastitos,

así, tan sugerente.


Porque esos rieles sugieren.


Todo, sentado al solcito en un banco de la estación, sugiere;

pero los rieles, los que vienen para acá y los que van para allá,

sugieren mucho más.


Es increíble cómo da gusto

sentirse pensador en el banquito de la estación.


¡Vino un tren!

¡Vino un tren!


Llega gente.


Y a mí en este rato, muchas otras cosas se me han ido.

4 comentarios:

  1. Es una pena que no pudiera conocer tu estacion (porque es tu estacion)
    aquí las estaciones no tienen pedregullo ni nada de eso.

    lindo poema (aunque no te guste, es un poema!)

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  2. Es una preciosa estación. Con trenes, vías y todo lo necesario para que sea una preciosa estación. Y encima, de tardecita te da la luz del sol en la cara. Y es otoño.
    Ta.
    Me gustó eso de "tu estación". :)

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  3. A mí me gusta cuando aparece una 1500 desde el lado norte de esa estación. Parece que surgieran de los rieles.

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  4. ¡Sí! Hay un momento en que primero se oye la máquina y luego se ve. Es fantástico.

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