domingo, 20 de enero de 2013

Las múltiples vidas de Nelson Hook (1)


No soy mitómano. Simplemente a veces narro algunas inexactitudes, o comunico algunos sucesos de un modo no del todo apegado a la realidad percibida por otros.
Igual, no sé muy bien por qué digo esto. ¿Será para retrasar un poco el comienzo del relato de mi historia? No sé. Tal vez. De cualquier manera mi historia no es lo importante acá. Lo verdaderamente importante es usted. Sí, usted. Yo, a mis sesenta y siete años, poco más tengo para vivir, poco más tengo para experimentar: es mentira que siempre se sigue aprendiendo. Mentira. Uno deja de aprender a los 57 años. A los 57 años y tres meses, para ser más exacto. Usted deberá sacar su cuenta. Pero lo que sí puedo hacer, y haré, es brindarle mi testimonio. Porque, ¿sabe? Tal vez de él usted pueda extraer algo valioso, algo que le resulte relevante para su vida, provechoso; porque no tendré nada nuevo que aprender, pero sí que tengo varias experiencias que transmitir.
Pero no soy tonto. Sé que uno no acepta un consejo, o no asimila una experiencia ajena así nomás, solamente porque un viejito viene y le dice “lo que sí puedo hacer, y haré, es brindarle mi testimonio. Porque, ¿sabe? Tal vez de él usted pueda extraer algo valioso, algo que le resulte a usted relevante para su vida, provechoso; porque no tendré nada nuevo que aprender, pero sí que tengo varias experiencias que transmitir”. No señor. No es así de sencillo. Uno necesita conocer a quien brinda la experiencia, a quien nos dice “yo viví esto, vos después ves si te sirve”, por eso mismo es que primero voy a introducirme brevemente, a presentarme en la medida de las posibilidades que mi frágil memoria me permite.

Nací en Montevideo, pero fui concebido en Dublín, Irlanda, en el verano de 1945. El lugar donde fui concebido fue más bien casual, o si se quiere, para ser más preciso: una coincidencia. Padre, Oriental de nacimiento, viajó, por razones que desconozco o tal vez olvidé, a Irlanda a finales de la segunda guerra mundial. Tengo claro que no fue a combatir, pero…No estoy seguro de eso tampoco. Mi padre no era un ser demasiado comunicativo, ni demasiado interesado en contar sus actos pasados, ni mucho menos las razones que lo llevaron a esos actos. Intentar preguntarle ahora sería una pérdida de tiempo, ya que está muerto. Su muerte será otro tema. De ahí se pueden sacar algunas experiencias, supongo.
Madre, por otro lado, era una pequeña y tímida campesina irlandesa, muy católica, muy devota y pacata, hasta que conoció a Padre. Padre y Madre se enamoraron a primera vista, o a segunda, o…Bueno, se entiende: quiero decir que se hicieron pareja rápidamente.
Al parecer familia de Madre, también católica, no estaba del todo feliz con que la pequeña hija fuese vista en acalorados menesteres contra los muros de la fábrica del barrio obrero, acompañada de un extranjero de aspecto tosco y hablar gracioso. Mucha menor fue la gracia que causó cuando la familia de Madre se enteró que habían sido vistos entre los yuyos, demostrándose su amor a viva voz. Según me enteré, no había un precedente de una consternación tan grande en la familia; hubo sí, luego, una consternación mayor: yo.
Resultó que la táctica que emplearon Padre y Madre para efectuar sus hazañas venéreas, llamada Coitus interruptus tuvo mucho de Coitus y muy poco de Interruptus. Al constatarse unos meses más tarde el abultamiento en el vientre de Madre (siempre se refirieron a mí de esa manera tan afectuosa: abultamiento en vientre) Padre y Madre se vieron obligados a abandonar la granja de la familia y decidieron volverse a Montevideo. Volverse…El que volvió fue Padre. Para Madre era la primera vez que pisaba territorio Oriental. Y yo, ni era, aun.

6 comentarios:

  1. Opa mirá mirá quien volvió :)

    ¿Empezo zaga nueva? alentador y debo decir que me gusto mucho esta paarte, mucho como para reirse con carcajada y releer "Resultó que la táctica que emplearon Padre y Madre para efectuar sus hazañas venéreas, llamada Coitus interruptus tuvo mucho de Coitus y muy poco de Interruptus."

    Que bueno que volviste

    SH

    ResponderEliminar
  2. Gracias :)

    Sí, no sé si zaga, pero sí que es la primera parte como de cuatro o algo así. Vamos a ver qué sale.

    ResponderEliminar
  3. 1) No sé si ha reparado en que el abultamiento de vientre viene precedido de otro abultamiento y tiene como consecuencia el abultamiento de la población. Una idea perturbadora.
    2) Interesante fenómeno el de la inmigración Uruguay-Irlanda. No sé si ha sido estudiado antes.
    3) Sería muy nerd exhibir mi aprecio por Irlanda citando la conferencia de Joyce sobre Wilde donde remonta el origen del nombre, Oscar, al hijo de Ossian. Pero, además de que ya lo hice, me gusta la posibilidad de vincular el origen de mi propio nombre a la zaga épica irlandesa.
    Reciba mis respetos.

    ResponderEliminar
  4. 1) No había reparado en ello, pero sí reparé en el repentino uso de la forma "usted" directa, o indirectamente al referirse a mí.
    2) Como habrá notado, sigo su camino a ese respecto al dirigirme a usted. La inmigración de Irlanda a Uruguay y a la inversa no está muy documentada. Me encargaré de eso.
    3)Además de algunas otras razones, la principal que me acerca a Irlanda es la mejor banda de la historia: The Dubliners. Éstos por cierto le deben su nombre, y el nombre de varias de sus canciones, al mencionado Joyce. Vea usted si no está conectado todo.

    ResponderEliminar
  5. Que el titulo diga las multiples vidas me hace pensar en una seguidilla de historias paralelas pero no del todo relacionadas, acerté? que me gané?

    Txus por aca

    Espero esa secuela. Gustó, gustó.

    ResponderEliminar
  6. Ah, no sé si ganaste. Eso lo tendremos que determinar después porque no lo tengo del todo claro. Igual no hay premio. Ni competencia. Lo lamento. Acá no es.

    ResponderEliminar