miércoles, 6 de noviembre de 2013

Universos paralelos

Desde chico me interesó la idea de los universos paralelos, no tanto por la posibilidad de que en un universo diferente haya otro yo, sino más bien por la esperanza de que existan otros lugares donde sucedan las cosas que aquí, por alguna razón, no sucedieron.
Me refiero a esta idea que seguramente alguien pensó antes que yo: los universos paralelos existen únicamente para que suceda lo que aquí no sucedió; es decir que si, por ejemplo, yo opté en una esquina por doblar a la izquierda, toda mi vida, toda las cosas que me hubiesen sucedido si doblaba a la derecha, no me van a suceder aquí, pero sí en un universo paralelo, creado, automáticamente, para cubrir las necesidades resultantes del nuevo escenario (doblar a la derecha). Y así con todas y cada una de las acciones que no se llevaron a cabo. Todas. Cada una de ellas crea un nuevo universo. Un universo completo.
Y cualquiera de esos “nuevos” universos, pongamos por caso el que se creó con un mundo en el que yo doblé a la derecha y no a la izquierda, tendrá luego una serie de opciones que no tomaré (que no tomará ese otro yo) y que darán lugar a otros universos paralelos que contendrán mundos donde esas acciones sí sucedan, donde habrán otras situaciones en las que optar y de las que resultarán otras acciones que no sucederán y que darán lugar a otros universos y esa dinámica sigue y sigue.

Hay algunas consideraciones más sobre esta idea.

Naturalmente los Daríos de cada mundo no sabrán de la existencia de los demás Daríos más allá del plano hipotético, tal cual estoy yo haciendo ahora, y no sabrán qué es lo que sucede en los otros lugares con las opciones que no se tomaron y los caminos que esas opciones tomadas en otros universos han abierto; eso a mí por lo menos no me molesta: con saber que las cosas sucederán –“me” sucederán- en otro lugar, me basta.

Otra cosa a tener en cuenta es que el mecanismo éste se aplica a todos. Es decir que por cada acción que no sucede en este universo se crea otro universo,  y esto sucede sin excepciones, a todos.
Se deduce entonces que la cantidad de universos sería enorme, pero más importante aun: creciente. No me animo a decir que infinita porque hoy me levanté cobarde.

Esto es pensando en el futuro, pero cabe consignar que mi idea de universos paralelos es retroactiva, de modo que se vienen creando universos paralelos desde el Big Bang, o desde antes; tal vez el Big Bang mismo haya sido una acción que no sucedió en un universo paralelo anterior, “original”, y sí en el universo paralelo que la contuvo.

Estas ideas, así presentadas, nos llevan a una sola conclusión casi obvia: nuestro universo no es más que la resultante de una acción que no sucedió en otra parte.