jueves, 20 de febrero de 2014

Esconderse de la vida

Los niños, cuando tienen miedo
se esconden,
se tapan la cara,
cierran los ojos,
se tapan bien hasta arriba
con la frazada.

Los más grandes, cuando tienen miedo
abandonan la frazada
y se esconden tras sus hijos,
o tras una planilla Excel,
detrás de la cuota del auto,
detrás de unas rejas,
detrás de un portón,
detrás del disfraz
de la camiseta
de Peñaral o Naciorol,

detrás de la cerveza o el vino,
o detrás de la receta
del antidepresivo.

Yo, en cambio,
me escondo de la vida
recordándote a vos:

tus gestos,
las cosquillas,
tus miradas,
tus risas;
incluso tus maneras frescas
de esconderte de la vida
cuando la que tenía miedo
eras vos.

Recuerdo, y me escondo de la vida.

No sé si mis miedos
serán los mismos que los tuyos.


Pero quería mentirte

y decirte que en esto, no estás sola.


6 comentarios:

  1. Hago todo eso. Incluyo también taparme hasta arriba con la frazada ya sea metafórica o literal.

    Besos

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  2. Ay Maite, con este calor y de frazada. Hasta la frazada metafórica es mala idea; el calor que te da es metafórico, pero es calor igual.

    Gracias :)

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  3. Peñaral y Naciorol....te van a pegar algun dia :)


    Bueno bueno bueno el poema :)

    Txus

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  4. No me van a pegar :) , pero si lo hicieran, seguirían escondidos y con disfraz :)

    Abrazo.

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  5. habrá que salir algún dia... o podremos escondernos por siempre'?

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  6. Te regalo como respuesta, una pregunta:

    ¿Hay algún lugar a donde salir?

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