No puedo seguir amaneciendo con la cama así revuelta,
cuando no agujereo mi estómago con vino,
me acurruco a una pastilla,
para no pensar.
No puedo seguir amaneciendo con la cama así revuelta,
cuando no agujereo mi estómago con vino,
me acurruco a una pastilla,
para no pensar.
Al olvido me lo imagino como un líquido denso, tal vez, negro, tal vez como una sustancia muy parecida al petróleo. Lo imagino avanzando y desapareciendo bajo su densidad a todo aquello que toca. Me imagino una habitación, invadida, lentamente, pero de forma constante, por el líquido negro; creo ver un charco de olvido donde alguna vez estuvo aquella silla; creo ver una mancha de olvido donde alguna vez estuvo el sonido de la voz de mi abuela. Creo ver que el líquido negro ese, cubre las cosas de a poco, pero no se las apropia ni las destruye, porque en las destrucciones suelen quedar rastros; no sé, yo creo que las transforma en nada, que las hace nada. Nada. Vacío. Ausencia. Veo venir de lejos el aluvión, y me aterra saber que la gente que quiero, las cosas que pienso, y yo, más tarde o más temprano, vamos a estar cubiertos de olvido. Dicen que uno puede librarse de esto escribiendo, dejando una huella.
Soy crédulo, pero no soy estúpido.
No miré pa los costados,
y me llevó por delante un tren.
Venía silencioso,
con las luces apagadas.
No lo ví venir.
Me incorporo, un poco mareado,
y pienso en la escena aquella
la de la sala oscura y el yesquero
que se prendía una y otra vez.
Esa lucecita
que parecía irrumpir en esa oscuridad asquerosa.
Ese sonido. Esa llamita.
Ahora no hay nada.
Qué cosa esto. Que mierda.
La diferencia entre un desafortunado y un idiota,
es que el desafortunado
se da cuenta de su infortunio por sí solo;
al idiota se lo cuentan.
Que engañoso que es todo.
Qué difícil. No me gusta este juego.
Pero nos obligan a jugar.
Creo que es la hora
de pegarse una enjuagada.
Es que no sos inholora
y no parás con la rascada.
Te rasqueteás la cabeza
sin el menor disimulo,
ya adquirí la certeza
de tu recato nulo.
La mugre se te acumula
como en invierno la escarcha;
un tufo imponente pulula
como picaflor en marcha.
Inconfundible el aroma
del guiso de anoche,
o el pegote de vómito
que tenés en el broche.
Te he visto algún piojo
ahí a la pasada,
y también un abrojo
aferrado a tu nuca rapada.
Ya decía zitarrosa
“surge desde el pie”,
no pido perfume de rosa
solo talco o xanapié.
MUERTE y más MUERTE
¿Hasta cuando?
“Cuanto más gente hay en el mundo, más gente se muere” comentaba visiblemente afligido el vocero de la universidad. “Los resultados hablan por sí solos; las pruebas están arriba de la mesa, ahora solo resta resolver el problema como sociedad” culminó diciendo.
COMBATE AL ABUSO DE MENORES
Cúpula eclesiástica del Vaticano sugiere a padres que lleven a sus hijos al confesionario con “vestimentas menos provocativas”
Con motivo del reciente desafortunado suceso en el colegio jesuita de Berlín Canisus Kolleg donde una serie de “desafortunadas informaciones” vinculaban a sacerdotes con abuso de menores en décadas pasadas, voceros del Vaticano emitieron un comunicado en el cual se insta a los padres católicos a continuar llevando sus hijos al confesionario a limpiar sus culpas, pero, afirma el comunicado, “es imprescindible que los niños lleven vestimentas menos provocativas que no distraigan a los sacerdotes de sus tareas”
Múltiples protestas se sucedieron una vez difundido éste comunicado; la más resonante fue la de
Un tema que verdaderamente dio que hablar.