Me
desperté así,
sin
piel,
así de rojo,
así de en carne viva.
Y ahora cualquier cosa,
cualquier roce,
cualquier
beso,
cualquier
pellizco,
cualquier
caricia,
me hacen doler.
Estoy rojo,
y
ya ni distingo
la
sangre de la piel
y las lágrimas que se me salen
y las lágrimas que se me salen
también
me hacen doler.
Hoy
es uno de esos días, che.