Una vez me dijo Aurelio que pensar era algo improductivo; pensar de verdad, comprender por ejemplo que un tenedor está compuesto en última instancia por residuos aleatorios del polvo de lo que alguna vez fue una estrella; entender que el tenedor y el cuchillo que sostenemos en las manos para comer, alguna vez fueron luz, partículas que vagaron por la inmencidad del universo durante tanto tiempo que hasta cuesta imaginarlo.
Me dijo que hay veces que conviene callarse. Me dijo que la lucidez del fatalista, que esa amargura a carcajadas, no es bien vista en los foros de las buenas personas, de los correctos, de los balanceados, de los alineados, de los que saben cómo distraerse bien. Poco a poco voy aprendiendo a saber cuándo debo callarme y cuándo hablar.
Poco a poco.
Aurelio sabe
ResponderEliminarSabía :(
ResponderEliminar