Hace
tiempo me viene persiguiendo una idea que la circunstancialmente japonesa
Amelie Nothomb explica mucho mejor que yo: “(…)
y es tanto más extraño por cuanto todas las personas aquí presentes,
inteligentes y que experimentan cierta simpatía, incluso amistad entre sí, no
tienen absolutamente nada que decirse. Escúchelos. Es inevitable: más allá de
los veinticinco años, cualquier reunión de seres humanos es una repetición.”
Se
entenderá que tener esta idea en la cabeza cada vez que sostengo una
conversación es un poco difícil de soportar. Entonces lo que hago es observar.
Como
por ejemplo: el uso de la palabra etc
está mal visto. Y no debería estarlo. A veces la usamos como muletilla; otras
la usamos como facilitadora para poder elaborar ideas y eximirnos de
enumeraciones tediosas; sea cual sea el caso, esos usos posibles del etc son secundarios y me parece que haciendo un mejor uso de el etc nuestras vidas serían mejores.
El
etc debería ser usado con más frecuencia.
Eso estoy tratando de decir. Debería ser usado para el bien de la comunidad.
Por
ejemplo: una muchacha responde a la invitación que le hace un muchacho de su
trabajo: “(…) y vos siempre me hacés reír y tenemos siempre charlas muy
interesantes, pero a mí no me pasa lo mismo que a vos, así que…Etc.”
Puede
sonar cortante al principio. Pero conviene darle una mirada más profunda: ese etc impide que la mujer se vea en la
obligación de justificar en detalle sus decisiones, cosa ya de por sí tediosa;
por otra parte exime al hombre de estar en riesgo de oír esa crueldad –espero
yo, involuntaria- en la que habitualmente caen las mujeres que rechazan: “pero
podemos ser amigos.”
Detrás
de esa sentencia se oculta el mutuo y profundo desconocimiento de los géneros y
sus características.
Hay
al menos varias decenas de usos del etc
que serían beneficiosos para todos. Tenemos que usarlo más.
¿Qué
cómo estuvo el trabajo hoy? “Ah, sí. Entré a las nueve y cuarto y, etc.”
Otro:
“Opa, opa. Si te agarro ese orto, etc.”
Acá
el daño tan solo se minimiza, lo tengo claro, pero el “etc” ayuda.
O
por ejemplo: “(…) es por eso que con mamá estuvimos hablando y, si bien nos amamos, a veces las
personas que se aman no deben vivir juntas, así que papá y mamá se van a divorciar,
etc. Te vamos a seguir queriendo y etc, etc.”
Todo
lo que venga después de: “Mirá, Pablo, sos adoptado” debería incluir un etc en alguna parte.
Pero
principalmente en esas reuniones de mayores de veinticinco años es que el etc debe tener un papel preponderante.
No bien alguien diga “¿Se acuerdan de cuando…” y otro pregunte “¿Cómo era esa?
¿Cómo era esa?” con un entusiasmo alarmante por escuchar nuevamente la misma
anécdota una vez más, un etc debería
imponerse y la reunión debería ser disuelta de inmediato.
Ensayé
tres tipos distintos de finales para este texto; no me convención ninguno.
Había uno especialmente idiota que incluía la palabra “etc” y un final abrupto.
Pero
preferí, etc.
Muy bueno, este varios otros. Que sigan!
ResponderEliminar¡Gracias! ¡Seguirán!
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