-Estás borracho- me dijo el bufón, con una sonrisa burlona. Vestía de azul y de rojo; sus ropas eran anchas, parecían llenas de parches; y daba saltitos graciosos, coordinados con sus brazos que imitaban el movimiento de las olas.
-Dame las llaves de mi cabeza que me quiero ir a casa- le dije yo, con fastidio; fastidio que iba en aumento al ver que el bufón me bailaba alrededor, moviendo un sonajero y lanzando risitas agudas exasperantes.
Luego se detuvo, de golpe. Se quedó mirándome.
-Estás borracho. Te llevo a casa. Hoy tu cabeza la manejo yo.
Son jodidas las vueltas a casa en esas condiciones.
ResponderEliminarEsta mal si te digo que me dio un poco de miedo el cuento?
SH
Los bufones que piden para manejar tu cabeza dan miedo. Además, tiene sonajero.
ResponderEliminarbufones que manejan cabezas!!
ResponderEliminarojo con eso eh, ojo
Txus
Todo bajo control.
ResponderEliminarY sin libreta, o con una trucha de Colonia.
ResponderEliminarTípico de bufón andar sin libreta.
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