Desde chico
me interesó la idea de los universos paralelos, no tanto por la posibilidad de
que en un universo diferente haya otro yo, sino más bien por la esperanza de
que existan otros lugares donde sucedan las cosas que aquí, por alguna razón,
no sucedieron.
Me refiero a
esta idea que seguramente alguien pensó antes que yo: los universos paralelos
existen únicamente para que suceda lo que aquí no sucedió; es decir que si, por
ejemplo, yo opté en una esquina por doblar a la izquierda, toda mi vida, toda
las cosas que me hubiesen sucedido si doblaba a la derecha, no me van a suceder
aquí, pero sí en un universo paralelo, creado, automáticamente, para cubrir las
necesidades resultantes del nuevo escenario (doblar a la derecha). Y así con
todas y cada una de las acciones que no se llevaron a cabo. Todas. Cada una de
ellas crea un nuevo universo. Un universo completo.
Y cualquiera
de esos “nuevos” universos, pongamos por caso el que se creó con un mundo en el
que yo doblé a la derecha y no a la izquierda, tendrá luego una serie de
opciones que no tomaré (que no tomará ese otro yo) y que darán lugar a otros
universos paralelos que contendrán mundos donde esas acciones sí sucedan, donde
habrán otras situaciones en las que optar y de las que resultarán otras acciones
que no sucederán y que darán lugar a otros universos y esa dinámica sigue y
sigue.
Hay algunas consideraciones más sobre esta idea.
Naturalmente
los Daríos de cada mundo no sabrán de la existencia de los demás Daríos más
allá del plano hipotético, tal cual estoy yo haciendo ahora, y no sabrán qué es
lo que sucede en los otros lugares con las opciones que no se tomaron y los
caminos que esas opciones tomadas en otros universos han abierto; eso a mí por
lo menos no me molesta: con saber que las cosas sucederán –“me” sucederán- en
otro lugar, me basta.
Otra cosa a
tener en cuenta es que el mecanismo éste se aplica a todos. Es decir que por
cada acción que no sucede en este universo se crea otro universo, y esto sucede sin excepciones, a todos.
Se deduce
entonces que la cantidad de universos sería enorme, pero más importante aun:
creciente. No me animo a decir que infinita porque hoy me levanté cobarde.
Esto es
pensando en el futuro, pero cabe consignar que mi idea de universos paralelos
es retroactiva, de modo que se vienen creando universos paralelos desde el Big
Bang, o desde antes; tal vez el Big Bang mismo haya sido una acción que no
sucedió en un universo paralelo anterior, “original”, y sí en el universo
paralelo que la contuvo.
Estas ideas,
así presentadas, nos llevan a una sola conclusión casi obvia: nuestro universo
no es más que la resultante de una acción que no sucedió en otra parte.
Fa, a veces me volas la cabeza mal.
ResponderEliminarY lo sabes.
Te mando un abrazo absorto
TXUS =)
¡Exagerado!
ResponderEliminarTe mando un abrazote para vos.
:)
Nunca creí que iba a leer un texto que uniera filosofía, física y poesía, y que me gustara.
ResponderEliminar¡Te felicito!
Está re bueno =)
SH.
¡Gracias! Tus elogios siempre me gustan mucho. =)
ResponderEliminarGracias por elogios lindos, SH.
Joy be with ye
Qué buena idea. Es como más gratificante saber que tus acciones no hechas serán cumplidas en otras dimensiones.
ResponderEliminarEstá muy lindo.
¡Muchas gracias! Y sí, a mí por lo menos es una idea que me gusta y me reconforta :)
ResponderEliminarDarío, tus reflexiones me hicieron pensar mucho en "El jardín de senderos que se bifurcan", un relato laberíntico que creó uno de los señores que aparecen acá a la derecha: ese de bastón, que mira sin mirar e imagina algún universo paralelo.
ResponderEliminarA mí también me fascina el tema de los universos paralelos. Pero los imagino como mundos fantasmagóricos, espectrales, proyecciones de lo que "pudo haber sido". Para mí, lo que hace que la vida en este mundo sea tan preciosa es precisamente que es única, que lo que sucede realmente sucede y es definitivo. En otras palabras, los universos paralelos tienen muy poca vida; duran lo que uno se tarda en doblar a la izquierda y luego se convierten en marañas de posibilidades, en laberintos que viven en la filosofía o en la literatura. Pero, aun así, me parece fascinante pensar en las posibilidades.
Gracias por invitarnos a reflexionar.
Gracias, Tago Hladík. Eso de invitar a reflexionar me gustó. Y te cuento algo más: me genera mucha mucha mucha curiosidad, tanta como los universos paralelos o saber qué hubiese pasado conmigo si optaba por otra cosa, el punto ese donde se cruzan la física y la poesía. Porque se cruzan. Y qué interesante que es ese punto.
ResponderEliminarAbrazo.