Hay un viejo alimentando palomas;
hay autos que pasan;
hay camiones y ómnibus;
hay una mina que ni me mira,
pero yo la miro.
Se dio cuenta,
y yo miro para otro lado.
La vuelvo a mirar,
y ella me sigue mirando;
me hago el que ando en otra cosa,
me pongo el bigote falso
y ella se cuelga un pato de hule en el cuello.
Yo saco un diario y mi tijera,
para hacer muñequitos;
ella saca un bisturí
y se disfraza de oso,
para hacerse pasar por oso cirujano.
Yo, como respuesta,
aprieto los puños
y me convierto en camión cisterna.
Palomas, palomas, palomas
en la plaza de los bomberos.
Hay palomas por todos lados;
y la gente que pasa, ¡ay!
seguro que son palomas;
palomas disfrazadas,
palomas disfrazadas,
palomas disfrazadas en la plaza de los bomberos.
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Laguna, zu kokoloa da!
ResponderEliminarSe te extraña, tío. Esa plaza no es lo mismo si no estamos los cuatro bebiendo en un banco. Habrá palomas, y palomas disfrazadas, pero también hay dolor, laguna. La distancia duele.
Zure Lagunak, Miren ta Veronika.
Nada es casual no? Lo publicaste un 24 de Mayo. Te extra�o, loco. Ac� tengo plata y cerveza, m�s cerveza, pero no los tengo a ustedes gurises. En galicia no hay plazas de bomberos, ni amigos locos.
ResponderEliminarArriba Dar�o. La tristeza es arte.