Me da la impresión que es muy sencillo escribir un discurso político, sobre todo cuando no se dice mucho.
Uruguayos, uruguayas, queridos concurrentes a este humilde acto; queridos organizadores del mismo: es un honor para mí, como la circunstancial cabeza visible de esta fuerza política, encontrarme en este escenario.
Desde ya agradezco a toda la concurrencia por encontrarse aquí, como siempre, junto a nosotros. Sin embargo, sinceramente lo decimos, en esta ocasión somos nosotros los que nos encontramos junto a ustedes. Estas manos nuestras no son otra cosa que las manos del pueblo con las que construiremos el luminoso renacer de la patria.
Desde ya agradezco a toda la concurrencia por encontrarse aquí, como siempre, junto a nosotros. Sin embargo, sinceramente lo decimos, en esta ocasión somos nosotros los que nos encontramos junto a ustedes. Estas manos nuestras no son otra cosa que las manos del pueblo con las que construiremos el luminoso renacer de la patria.
(aplausos)
(...)Esta chaqueta Armani es la chaqueta del pueblo, con la que abrigaremos todas las esperanzas de prosperidad, seguridad y dignidad para nuestra tierra
(aplausos efusivos)
(...)Estamos en una época difícil. De eso no caben dudas. Y todos sabemos quienes son los responsables de nuestra situación actual. Sin embargo, no estamos aquí para dividir. Estamos aquí para sumar. Porque nuestra fuerza política es una fuerza constructora
(aplausos)
(...)¡Pero que lo sepan bien! ¡Que lo sepan bien aquellos que han dejado nuestro país (aplausos) en ruinas! ¡Ya los juzgara la historia!
(treinta segundos de aplausos efusivos)
(...)Sin embargo… Nosotros somos diferentes. Somos una fuerza política fresca, joven, impetuosa; pero a la vez experiente, madura, mesurada. Nosotros somos la voz del cambio. ¡Nosotros somos ustedes! ¡Nosotros somos el renacer de nuestro pequeño y digno país!
(aplausos)
Fin de la introducción del discurso.
Tenés futuro en esto mijo. Déjese de escribir sus surrealizasos esos y pongase a libretar políticos.
ResponderEliminarTxus