Salen chispazos de luz.
Los tres hombres,
recostados en la pared de la iglesia,
acurrucados,
comprimidos en un frenético juego
de aspiración y cenizas,
de lucha contra el viento.
Sus espaldas están curvas y sus ojos movedizos.
Sus piernas están extendidas,
apoyadas en el pasto alto y mal cuidado
del costado de la capilla.
Desde la puerta, a una considerable distancia,
los recién comulgados observan con pena a los tres hombres.
Yo paso por la calle,
borracho de angustia,
drogado con tranquilidad,
y miro.
Todos tenemos nuestras propias adicciones.
Somos pocos los que las aceptamos.
Tal vez es que ya nos dejamos vencer.
Tal vez es que vamos ganando.
Esa imagen!! Sin el viento no sería lo mismo. Que tremendo. Acá no se ven esas cosas.Parece mentira, pero extraño a los lateros.
ResponderEliminar¿Falta viento en Santiago de Compostela?Qu´epoco serio un país sin lateros. Así está Uropa ahora. En plena crisis. =/
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