-¡Señor! Mis tetas están más abajo.
-¡Oh! Disculpe señorita que no le mire a las tetas, es que estaba prestando atención a lo que usted decía.
Había una vez una mujer con unas tetas hermosas, medianamente grandotas, levantadas y bamboleantes; harta de no ser escuchada con atención por sus interlocutores –que se dedicaban a mirarle las tetotas- resolvió instruirse y transformarse en una mujer de charla interesante, al punto de desplazar, en la medida de lo posible, las miradas desde sus tetas hacia su cara. Después de un tiempo tuvo éxito y se transformó en una mujer hermosa e inteligente.
Señorita, nótese que:
la adquisición de una charla interesante aumenta su belleza.
Había varias veces una mujer sin unas tetas hermosas, ni medianamente grandotas, ni levantadas ni mucho menos bamboleantes, que harta de no ser mirada a las tetas decidió suspender todo tipo de charla interesante, para desplazar las miradas desde su cara a sus tetas. Velozmente tuvo éxito en su empresa y se transformó en una mujer fea y estúpida.
Señorita, nótese entonces que:
la ausencia de una charla interesante no aumentará la exuberancia de su busto.
Suena a fábula, o parábola o...no sé la diferencia entre ellas, ni tampoco sé bien que quiero decir..la droga...
ResponderEliminaren fin, muy lindo, muy lindo el diálogo inicial...
y..lo de "(valga la redundancia)", ¿es por la redundancia de "tetas y charla interesante" o por la redondéz de las tetas en cuestión?
¡¡Cuántas interrogantes!! Yo creo que la redundancia es por que hablar de tetas es ya una charla interesante en sí, al menos para mí; al menos Yo Para Mí.
ResponderEliminarYo creo que no es fábula ni parábola; ultimamente me ha pegao pa la moraleja, o pa la concusión, o la concluida. Me estoy pegando brutas concluidas en negrita y cursiva. Te lo recomiendo.
y me ha pegao pa poner "concusión" en lugar de "conclusión", ¿no suena más a niño, "concusión"??
ResponderEliminarMenos mal que yo tengo unas charlas interesantísimas, porque si fuera por mis tetas, muero virgen...
ResponderEliminarMuy pero muy interesante. Yo conocí a una muchacha de tetas grandotas y bamboleantes y de charla interesante; a partir de esa experiencia opino que tarde o temprano las tetas pueden más que la charla. Es decir, pienso que el hecho de que una señorita sea poseedora de una buena charla no aumenta su belleza corpórea, por el contrario, un buen par de tetas opaca lo maravilloso que puede ser su intelecto.
ResponderEliminarMe alegra tu discrepancia. Es muy respetable. Sin embargo, no la respetaré.
ResponderEliminarYo creo que una mujer inteligente y linda es más linda que una mujer tonta y linda. Y la diferencia es su inteligencia; inteligencia para, entre otras cosas,hablar y EJERCER su belleza. Y creo además que las tetas no se imponen a la inteligencia porque no existe en verdad conflicto alguno y no hace falta la imposición. Puedo mirar sus tetas, y conversar felizmente. El discurso de la muchacha y sus tetas son beneficios compatibles.