-Fue todo muy clarito, lo sé; todo muy claro, como debe ser, y te lo agradezco, pero en ese momento que te miré a los ojos dudé y me imaginé qué pudo haber pasado si la claridad esa se disipaba.
-Che, le estás hablando a tu mano.
-No. Te estoy hablando a vos.
-Yo soy tu mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario