Te
mando besos con olor a café humeante
de
los que calientan las manos en invierno.
Y
besos con olor a libro nuevo
y
caricias con zumbidos de viento,
con
hojas de palmera,
que
se mueven y hacen fffffffffffffffffffff.
También
besos de nubes,
de
las que pasan re rápido
y
parecen pinturas en movimiento.
¡Y
un abrazo de Cuidadoquetecaés!
Aunque
en verdad estés firme y quietita.
Mando,
mando, también,
susurros
que dicen cosas lindas mientras dormís,
para
que si hay suerte
las
incorpores a tus sueños y sueñes más lindo.
Dispuse
además veinte besos en una catapulta;
te
los voy a ir tirando,
así
que no te asustes si en el techo de tu casa
se
oyen algunos “¡Plum! ¡Plum! ¡Plum!”;
es
que nunca aprendí a ajustar las distancias,
y
a veces le erro.
¡Ah!
Y puse algunos besos
en unas pompas de jabón,
en unas pompas de jabón,
de
esas con muchos colores ¿viste?
Así
que estate atenta para agarrarlos
a
medida que las pompas vayan reventando,
no
sea cosa que por despistados
caigan
en cualquier lado.
Te
iba a escribir un poema también,
pero
no me dio el tiempo.