31 de Enero 2008
Comienzo a escribir esto a una hora inadecuada.
Pero no puedo dejar de pensar en que a esta misma hora,
mientras muchas familias festejan reunidas en sus casas,
hay otras tantas personas que la están pasando mal.
Es terrible bajón tener este pensamiento ahora mismo,
cuando mi propia familia está reunida a la mesa, allá, a unos pocos metros;
pero en esta casa hay un vacío, acá falta alguien.
Y duele.
Y entonces,
aunque esto jamás sea leído por aquellos que la están sufriendo,
escribo este pequeño homenaje a todos aquellos que la pasan tristes,
a los que se suicidan, a los que lloran; a los que se lamentan y sufren.
Porque es mentira esta felicidad imperativa.
Porque es mentira que mañana será un año nuevo, y todo va a cambiar
Porque es mentira que haya que estar felices
Porque es mentira que no se pueda hablar de estos temas hoy.
Esta noche mi vaso se levanta en homenaje a los que levantan una copa,
solos, en sus casas, mientras retienen el llanto
y aprietan la otra mano sujetando la angustia de tener que estar acá;
porque las fiestas son fiestas para el que tiene con quien celebrar.
Yo, que soy apenas un desdichadito, saludo a los desdichados.
Levanto mi copa.
Salud.
No conozco mayor valentía, que soportar la angustia en total soledad.