sábado, 16 de marzo de 2013

Tan resuelta



Odio cuando llegás con esa sonrisa tuya
y me arruinás la tristeza recién pintada;

o cuando llegás pisando fuerte 
y me despertás la noche,
tan feliz, tan a las risas, tan resuelta.

Odio que aparezcas al costado de mi cama,
mientras duermo;

odio soñar que estás ahí parada,
mirándome soñar con vos.

Odio que me mires dormir, al costado de mi cama.

¡Salí!

No me soples cuando duermo.
¿No ves que se me vuelan los sueños?