No
soy mitómano. Simplemente a veces narro algunas inexactitudes, o comunico
algunos sucesos de un modo no del todo apegado a la realidad percibida por
otros.
Igual,
no sé muy bien por qué digo esto. ¿Será para retrasar un poco el comienzo del
relato de mi historia? No sé. Tal vez. De cualquier manera mi historia no es lo
importante acá. Lo verdaderamente importante es usted. Sí, usted. Yo, a mis
sesenta y siete años, poco más tengo para vivir, poco más tengo para
experimentar: es mentira que siempre se sigue aprendiendo. Mentira. Uno deja de
aprender a los 57 años. A los 57 años y tres meses, para ser más exacto. Usted
deberá sacar su cuenta. Pero lo que sí puedo hacer, y haré, es brindarle mi
testimonio. Porque, ¿sabe? Tal vez de él usted pueda extraer algo valioso, algo
que le resulte relevante para su vida, provechoso; porque no tendré nada nuevo
que aprender, pero sí que tengo varias experiencias que transmitir.
Pero
no soy tonto. Sé que uno no acepta un consejo, o no asimila una experiencia
ajena así nomás, solamente porque un viejito viene y le dice “lo que sí puedo hacer, y haré, es brindarle
mi testimonio. Porque, ¿sabe? Tal vez de él usted pueda extraer algo valioso,
algo que le resulte a usted relevante para su vida, provechoso; porque no
tendré nada nuevo que aprender, pero sí que tengo varias experiencias que transmitir”. No señor. No es así de
sencillo. Uno necesita conocer a quien brinda la experiencia, a quien nos dice
“yo viví esto, vos después ves si te sirve”, por eso mismo es que primero voy a
introducirme brevemente, a presentarme en la medida de las posibilidades que mi
frágil memoria me permite.
Nací
en Montevideo, pero fui concebido en Dublín, Irlanda, en el verano de 1945. El
lugar donde fui concebido fue más bien casual, o si se quiere, para ser más
preciso: una coincidencia. Padre, Oriental de nacimiento, viajó, por razones
que desconozco o tal vez olvidé, a Irlanda a finales de la segunda guerra
mundial. Tengo claro que no fue a combatir, pero…No estoy seguro de eso
tampoco. Mi padre no era un ser demasiado comunicativo, ni demasiado interesado
en contar sus actos pasados, ni mucho menos las razones que lo llevaron a esos
actos. Intentar preguntarle ahora sería una pérdida de tiempo, ya que está
muerto. Su muerte será otro tema. De ahí se pueden sacar algunas experiencias,
supongo.
Madre,
por otro lado, era una pequeña y tímida campesina irlandesa, muy católica, muy
devota y pacata, hasta que conoció a Padre. Padre y Madre se enamoraron a
primera vista, o a segunda, o…Bueno, se entiende: quiero decir que se hicieron
pareja rápidamente.
Al
parecer familia de Madre, también católica, no estaba del todo feliz con que la
pequeña hija fuese vista en acalorados menesteres contra los muros de la
fábrica del barrio obrero, acompañada de un extranjero de aspecto tosco y
hablar gracioso. Mucha menor fue la gracia que causó cuando la familia de Madre
se enteró que habían sido vistos entre los yuyos, demostrándose su amor a viva
voz. Según me enteré, no había un precedente de una consternación tan grande en
la familia; hubo sí, luego, una consternación mayor: yo.
Resultó
que la táctica que emplearon Padre y Madre para efectuar sus hazañas venéreas,
llamada Coitus interruptus tuvo mucho
de Coitus y muy poco de Interruptus. Al constatarse unos meses
más tarde el abultamiento en el vientre de Madre (siempre se refirieron a mí de
esa manera tan afectuosa: abultamiento en vientre) Padre y Madre se vieron
obligados a abandonar la granja de la familia y decidieron volverse a
Montevideo. Volverse…El que volvió fue Padre. Para Madre era la primera vez que
pisaba territorio Oriental. Y yo, ni era, aun.
Opa mirá mirá quien volvió :)
ResponderEliminar¿Empezo zaga nueva? alentador y debo decir que me gusto mucho esta paarte, mucho como para reirse con carcajada y releer "Resultó que la táctica que emplearon Padre y Madre para efectuar sus hazañas venéreas, llamada Coitus interruptus tuvo mucho de Coitus y muy poco de Interruptus."
Que bueno que volviste
SH
Gracias :)
ResponderEliminarSí, no sé si zaga, pero sí que es la primera parte como de cuatro o algo así. Vamos a ver qué sale.
1) No sé si ha reparado en que el abultamiento de vientre viene precedido de otro abultamiento y tiene como consecuencia el abultamiento de la población. Una idea perturbadora.
ResponderEliminar2) Interesante fenómeno el de la inmigración Uruguay-Irlanda. No sé si ha sido estudiado antes.
3) Sería muy nerd exhibir mi aprecio por Irlanda citando la conferencia de Joyce sobre Wilde donde remonta el origen del nombre, Oscar, al hijo de Ossian. Pero, además de que ya lo hice, me gusta la posibilidad de vincular el origen de mi propio nombre a la zaga épica irlandesa.
Reciba mis respetos.
1) No había reparado en ello, pero sí reparé en el repentino uso de la forma "usted" directa, o indirectamente al referirse a mí.
ResponderEliminar2) Como habrá notado, sigo su camino a ese respecto al dirigirme a usted. La inmigración de Irlanda a Uruguay y a la inversa no está muy documentada. Me encargaré de eso.
3)Además de algunas otras razones, la principal que me acerca a Irlanda es la mejor banda de la historia: The Dubliners. Éstos por cierto le deben su nombre, y el nombre de varias de sus canciones, al mencionado Joyce. Vea usted si no está conectado todo.
Que el titulo diga las multiples vidas me hace pensar en una seguidilla de historias paralelas pero no del todo relacionadas, acerté? que me gané?
ResponderEliminarTxus por aca
Espero esa secuela. Gustó, gustó.
Ah, no sé si ganaste. Eso lo tendremos que determinar después porque no lo tengo del todo claro. Igual no hay premio. Ni competencia. Lo lamento. Acá no es.
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