jueves, 3 de septiembre de 2020

Durán, vianda, miedo, fruta y papel film


 

Es difícil decirse te quiero

con las botas embarradas

descargando cajones

o armando las viandas

en ese silencio de hambre

interrumpido

por la bronca indisimulable

de nuestras miradas.

 

Es difícil decirse bo cómo me gustás

en ese regreso de derrota,

frío, fatal,

desde donde el balastro

abandona Durán

hasta donde se transforma

en calle de ciudad.

 

Es difícil decirnos soy feliz

sin pensar en los ojos avergonzados,

humillados, resignados,

que vimos allá.

No importa cuántas cenas

calentitas,

iluminadas,

protegidas,

bajo techo,

podamos tener acá.

 

Ahora

mientras veo el lóbulo de tu oreja

asomar por debajo de tus pelos

pienso en decirte todo esto

ni bien te despiertes,

ni bien deje de fingir que también duermo,

cuando pueda dejar de pensar,

cuando no esté escribiendo en mi mente,

moviendo los labios,

oyendo mis palabras, 

en silencio.

 

¿Alguna vez se podrá querer

sin estar rodeados

de tanto miedo?

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