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A lo largo de su vida Aurelio se dedicó
profundamente a muchas cosas, y además trabajó haciendo tantas otras. No me
propongo enumerarlas aquí; supongo que irán surgiendo a medida que vaya
avanzando en la narración.
Viene a mi mente ahora una anécdota que me
llegó primero de un vecino, y que luego Aurelio vino a certificar: en una época
Aurelio gustaba de vestirse de blandengue y pararse en las cercanías de los
monumentos más importantes, porque encontraba placentero imitar su ausencia de
movimientos. Una vez, sin embargo, cuando había logrado infiltrarse en la
guardia de Blandengues del Palacio Legislativo, prefirió transgredir a imitar;
organizó –no supe nunca por cuáles medios- una protesta de los blandengues en
forma de coreografía; los blandengues declaraban el cese de sus inactividades
durante todo el día y comunicaban –y cumplían- una estricta y constante
protesta, bailando. Según Aurelio el espectáculo fue un éxito; la gente se
detenía a ver a los blandengues danzantes y éstos, tal vez enfervorizados por
la cantidad de gente que los miraba, bailaban con muchas ganas, con la
convicción de un artista que encima de un escenario baila frente a una
multitud.
Yo una vez vi un blandengue rascandose el culo, probablemente ese día Aurelio estuviera de guardia.
ResponderEliminarEn fin, mas vale Blandengue culo en mano - mano en culo seria mejor decir- que milico rompiendo las pelotas. He dicho.
Buho_77 de temperamentoahhh.blogspot.com
o es decir un colega
Federico
Cuidate pibe o los gnomos caen,abrazo.
Otro abrazo para tí. Voy a leer(te) y después te cuento.
ResponderEliminarCríptico como él solo este texto, pues no sé lo que es un Blandengue. En el español de la península es un adjetivo que se usa para designar a alguien de escaso carácter o excesivamente quejoso.
ResponderEliminarMuy regional más que críptico. Acá el cuerpo de Blandengues es un grupo de militares cuya tarea es más bien simbólica y consiste en pararse en la puerta de sitios como el Palacio Legislativo (vuestro parlament) y quedarse allí, sin moverse, hasta el cambio de guardia. La gracia de los escolares por ejemplo, es ir a esos lugares de paseo con la escuela y hablarles, o hacerles gestos obsenos con la certeza de que no van a responder, porque lo tienen prohibido.
ResponderEliminarAunque...
Darío, queremos más!
ResponderEliminarFrancesc, para mayor ilustración deberías mirar la película "25 Watts", la escena del blandengue es moratal, aunque ya te imagino hablando pestes, mejor no la mires.
Habrá más, habrá más.
ResponderEliminaryo tambien quiero mas de Aurelio!!
ResponderEliminarlos blandengues bailando fue tan tierno como gracioso
me los imagine bailando desesperados
SH
Me gusta, me gusta
ResponderEliminarvalio la pena esperar guris
abrazo!
Txus
Desde que existen las estatuas vivientes los blandengues están desvirtuados. Sólo les falta pedir monedas, aunque por la naturaleza de su tarea no veo qué necesidad tendrían de hacerlo.
ResponderEliminarAurelio hoy tendría más trabajo.
Ahora se divertiría muchísimo. Muchísimo.
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